Hayley Williams cuenta su travesía para poder ser cantante solista

Estados Unidos.- Hayley Williams, en 2017, se mudó por primera vez al lugar que sería su hogar y en donde viviría sola. En ese año había terminado de grabar After Laughter, su quinto disco con Paramore, además, apenas había terminado su relación con Chad Gilbert, el guitarrista de New Found Glory.

 A una mitad de mí le atraía el romanticismo de esta artista que ha tenido éxito, pero ahora está viviendo sola en esta pequeña cabaña, y están estas arañas y murciélagos gigantes. La otra mitad era que estaba realmente sola. Sentía mucha pena porque me di cuenta de que tenía más de 30 años y nunca había cuidado de mi misma. Subrayó mientras tomaba un café en el Bowery Hotel en Nueva York.

Paramore comenzó cuando Hayley tenía 15 años de edad, solo unos años después de que sus papás se separaran por lo que tuvo que mudarse con su madre a Franklin, Tennessee. Ahí conoció a Josh y Zac Farro, quienes son el guitarrista y baterista de la banda. Ellos se ganaron su popularidad gracias al pop punk que estaba en su auge en ese entonces.

Ahora, Williams ha decidido emprender su camino como solista, y lanzó Petals for Armor, su primer disco.

Esta es la primera vez que estoy viendo mi nombre en todos lados, y me da un poco de escalofríos. Mi nombre no se ve como un nombre para mí, que verías en una marquesina. También siento que Paramore es la mitad, si no es que más, de quién soy”.

Hace tiempo, Hayley ya había firmado un contrato con Atlantic Records como solista, pero nunca hizo un disco como tal. También contó que quiso tomarse un descanso de la industria, sin embargo, su terapeuta la animó a seguir escribiendo y no limitarse. "Ella siempre decía: ‘No juzgues lo que estás sintiendo’. Tiendo a hacer eso".

El hacerle caso a su psicóloga fue el mejor acierto, pues se pudo encontrar a ella misma y a la vez desahogarse por el impacto que causó en ella el divorcio de sus padres y que repercutió en sus relaciones, los abusos que sufrieron las mujeres de su familia (Simmer), y la casa que acabó adorando (Cinnamon).

No creo que puedes llegar a lo bueno sin cavar en lo malo primero. Es como si estuvieras tratando de encontrar el centro de la Tierra –¿cómo encuentras eso sin romper la caliza y otras cosas duras y pesadas?”